Historia de una fotografía: "Carlos Berlanga"
- pym514
- 5 mar 2017
- 2 Min. de lectura

"Carlos Berlanga", (1998)
Carlos Berlanga fue la primera persona que fotografiamos para una publicación. Hasta ese momento habíamos fotografiado únicamente a las personas que se iban cruzando por nuestro camino, pero durante el verano de 1998 empezamos a mover nuestro book, compuesto de retratos en blanco y negro. Fotografías que nosotros revelábamos y ampliábamos en casa. La primera revista en la que nos presentamos fue Ajoblanco. Llamamos y concertamos una cita. Nos recibió Antonio Baños, que en aquellos tiempos era el redactor jefe de la publicación. Por el tipo de personajes y contenido nos dijo que no encajábamos en Ajoblanco, pero que probásemos en una publicación que estaba empezando: el hoy mítico aB. Allí nos presentamos con nuestro book.
Ese mismo día hicimos otra entrevista. Le enseñamos el book a Luciano Alvarez, que junto a su hermano dirigía Self, una pequeña publicación (casi fanzine) de música electrónica. Pasaron unos días hasta que recibimos dos llamadas: Luciano nos pidió que fotografiásemos a Carlos Berlanga, y Yolanda que hiciéramos fotos a Astrud (un grupo nuevo que estaba a punto de sacar su primer ep). Éramos terriblemente fans de Carlos Berlanga. Estábamos tan nerviosos que, ese día, fumé mi primer cigarro, un vicio que todavía no me he podido quitar de encima. No pudimos trabajar mucho con él porque tenía poco tiempo para la entrevista, por lo que hicimos la foto mientras hablaba con el periodista. Aún así notábamos como nos iba mirando de reojo. Cuando terminamos las fotos hablamos un poco con él. Nos dijo que volvía esa misma tarde a Madrid. Nos pidió el teléfono (de casa, todavía no teníamos móviles), nos despedimos y nos fuimos. Un par de horas después, ya en casa, recibimos una llamada. Carlos había cambiado el billete de avión porque quería conocernos mejor. Nos invitaba a cenar. Nos temblaban las piernas. Mientras cenábamos Carlos no paraba de hablar y de beber dry martinis. Creo que casi no tocó la comida. Estábamos emocionados escuchando sus historias, aunque también un poco tristes. Lo recordamos como una persona con una gran tristeza, que trasmitía cuando hablaba de sus amigos, que para nosotros eran ídolos de adolescencia. Habló mucho, y muchas de las cosas que dijo hicieron que no pudiésemos volver a ver de la misma manera a algunos de los personajes del Madrid de los 80. Nos abrió los ojos, y no los hemos podido volver a cerrar. Después de cenar fuimos a tomar algo al Satanasa. El portero no reconoció a Carlos y le cobró la entrada. Él se enfadó porque decía que tendrían que pagarle derechos por el nombre del local, que se habían inventado él y Fabio McNamara. La noche que pasamos con Carlos Berlanga es uno de los momentos que recordamos con más cariño de toda nuestra vida. Significó mucho para nosotros. Entramos en este mundo por una puerta grande. Al día siguiente Astrud se presentaron en casa. Pero esa es otra historia.
Comments